diumenge, 19 de gener del 2014

Niños en el tiempo.- Ricardo Menéndez Salmón






Ricardo Menéndez Salmón
Niños en el tiempo
Seix Barral, 2014




La culpa la té Toni F.: ell ens va parlar de La luz es más antigua que el amor i va fer del Menéndez Salmón un dels nostres. No m'he pogut esperar ni al cap de setmana per anar a comprar-lo.

La fitxa de l'editorial té una frase un tant especial:
Ricardo Menéndez Salmón nos regala una de sus obras más sorprendentes, una afirmación de la vida anunciada tanto en el aliento épico y a la vez íntimo de su contenido como en una estructura que engarza inesperadamente sus partes y desvela una verdad profunda: que el arte es la única actividad humana que nos enseña que la vida es más importante que el propio arte.
El llibre, una altra joia. Breu. Rotund. Genial.
Tres relats. Una història. Infància perduda i retornada.
La mort, la vida i la paraula.
Allò que s'ha dit, allò que s'ha escrit i allò que s'ha callat.

Un trosset del regal (una infància, una amiga, una mar xicoteta...) de Menéndez Salmón al Jesuset:
La primera palabra.
¿Fue la de casi todos? ¿Articuló él las sílabas de la especie? ¿Perpetró la misma ruta que los demás niños, cumplió con el viaje infinito al linaje de los cuerpos del que los mortales proceden? Niños de niños de niños de niños.
Sentado ante la planicie abrasada de sus doce, quince, dieciocho meses, qué primera palabra brotaría de su boca.
Mamá.
Papá.
Agua.
Las palabras importantes son siempre cortas. El camino a lo resonante no necesita, no tolera rodeos. Nadie llamaría idiosincrasia al mar. Porque lo primero que nombra un hombre es aquello que lo mantiene, lo eleva, lo revela. Hijo del lenguaje, sin él, sin su esperanza de fraternidad, la devoradora oscuridad que lo cerca tragaría su cuerpo.
Agua.
Papá.
Mamá.
Luz, quizá.
Sopla un viento dulce, que trae olores a naranja, y Jesús, sentado en el regazo de su madre, dice algo. Ella parpadea. Un vínculo nuevo. Una forma prístina. Cada vez que un hombre nombra el mundo por vez primera, el tiempo tiembla en su boca. Es un centro hirviente, un volcán cíclico, el viejo sueño de todos los pueblos: la palabra como mano que arranca el velo.
Jesús repite la palabra y María se ruboriza.
- José -grita-. José. El niño.
José acude con sus herramientas en la mano. Hay miedo en sus ojos, un miedo nutrido por la voz urgente de María.
- ¿Qué sucede?
- El niño -susurra ella-. El niño ha hablado.
José respira fuerte. No siente en su pecho esa vocación poética de la primera palabra. No es algo que demande su emoción. Sus misterios son otros, se recluyen en el cuerpo de María, habitan a lo sumo en la humilde ingeniería de su taller.
- Me asustaste, mujer.
María contempla a su marido con detenimiento. También Jesús mira a su padre.
Conservemos esta imagen: de pie en el centro de su casa, cuatro ojos contemplan al carpintero con algo parecido al reproche, el desencanto, la codicia de quien sabe y no acepta que el otro no comprenda.
Sopla un viento dulce, que trae olores a naranja. Jesús ha hablado. 
(pp. 105-107)

3 comentaris:

  1. No m'ho mereixo!!
    Per suposat, el mèrit és dels autors (que arrisquen, juguen i guanyen... I després els llegim i ens agraden...)

    Per ex:
    http://solodeunderwood.blogspot.com.es/2014/01/las-listas-y-los-mejores.html

    ResponElimina
  2. Des que vaig llegir La luz es más antigua que el amor, vaig quedar atrapat a l'obra del Menéndez Salmón (i Medusa!). Aquest caurà ben aviat. Gràcies per la descoberta.

    ResponElimina
  3. De moment només he llegit "La ofensa", però poc a poc aniran caient totes

    ResponElimina