a leitura dos dias faz-se a partir de vitrais de água
e sombra de palavras
paisagens cidades descobertas algures sob os dedos
estranguladas na incerteza mineral da noite
onde o cansanço me devora impedindo-me de prosseguir
e ao aproximar-me do centro vertiginoso da página
o movimento da mão torna-se lento e a caligrafia meticulosa
a sede devassa a escassez dos corpos
o monólogo embate
despenha-se pelas brancas margens da desolação
o enigma de escrever para me manter vivo
a memória desaguando a pouco e pouco no esquecimento perfeito
para que nada sobreviva fora deste corpo viandante
vou assinalar os percursos da ausência e as visões
doutros lugares de sossegados amarantos... alimentar a escrita
com o sangue de cidades e de facas engorduradas
onde os corpos adquirem a violência noctívaga da fala
desfazendo-se depois na carícia viscosa dos néons
mas existe sempre um qualquer lume eterno
um coração feliz à esquina dos sonhos
surge agora o deserto que toda a noite procurei
está em cima desta mesa de trabalho no meio das palavras
donde nascem indescifráveis sinais... irrompe
o movimento doutro corpo colado ao aparo da caneta
desprende-se da folha de papel agride-me e foge
deixando-me as mãos tolhidas num fio de tinta
la lectura de los días se hace a partir de vitrales de agua
y sombra de palabras
paisajes ciudades descubiertos en alguna parte bajo los dedos
estrangulados en la incertidumbre mineral de la noche
donde el cansancio me devora impidiéndome proseguir
y al acercarse al centro vertiginoso de la página
el movimiento de la mano se vuelve lento y la caligrafía meticulosa
la sed asalta la escasez de los cuerpos
el soliloquio choca
se despeña por los blancos márgenes de la desolación
el enigma de escribir para mantenerme vivo
la memoria desembocando poco a poco en el olvido perfecto
para que nada sobreviva fuera de este cuerpo pasajero
voy a señalar los trayectos de la ausencia y las visiones
de otros lugares de sosegados amarantos... alimentar la escritura
con la sangre de ciudades y de cuchillos grasientos
donde los cuerpos adquieren la violencia noctívaga del habla
deshaciéndose después en la caricia viscosa de los neones
pero existe siempre un fuego eterno cualquiera
un corazón feliz en la esquina de los sueños
surge ahora el desierto que busqué toda la noche
está encima de esta mesa de trabajo en medio de las palabras
de donde nacen indescifrables señales... irrumpe
el movimiento de otro cuerpo pegado a la pluma
se desprende de la hoja de papel me agrede y huye
dejándome las manos tullidas en un hilo de tinta
Al Berto
El miedo (Poemas escogidos, 1976-1997)
Selecció traducció i pròleg de Cidália Alves dos Santos i Javier García Rodríguez
Pre-textos, 2007
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