divendres, 6 d’agost del 2010

Prosa de guàrdia - 2

1.- Partir

¿Cuándo fue que decidimos que mirar las nubes desde arriba, los mares desde arriba, montañas desde arriba ya no era privilegio de algún dios? ¿Cuándo fue, sobre todo, que creímos que mirar la tierra desde arriba había dejado de volvernos dioses? ¿Cuándo fue que aprendimos a hojear una revista o diario viejo mientras viajamos entre nubes?
Se cae la tarde, vuelo. Se supone que viajar es lo que me gusta, que es una suerte hacerlo, que qué más quiero pero ahora, desatento, me dejo arrinconar por el quobono. Si quobono fuera latín significaría más o menos "con qué objeto" -y, de pronto, no le veo ninguno a todo esto: una luna de vuelos y corridas, zozobras varias, encuentros improbables. ¿Pero cuándo fue que decidimos que había que hacer las cosas con un objeto u objetivo, meta, bono? ¿Cuándo nos dio por confundirnos con los dioses?

Ahora viajo en primera, tengo ventanillas: desde mis ventanillas del avión es muy difícil no mirar que la luna está llena. Desde mis ventanillas del avión, todos dormidos, la luna es lo único que queda.

Es raro el mundo cuando la luna es lo único que queda.

No viajo en primera. En realidad viajo en esa clase supuestamente intermedia que no tiene un nombre, que llaman business, affaires, clipper, club, premier, ejecutiva: cosa de hombres. La clase Hombres es lo que usan todos los que no se pagan el avión: los empleados de cierto rango y privilegio, el famoso mundo corporativo -y unos pocos más. Yo viajo por cuenta de la ONU. En los próximos veintiocho días -en la próxima luna- tengo que pasar por ocho o diez países y escribir sobre los que viajan de verdad: historias de migrantes.

Ahora el viajero no viaja, lo viajan. Hubo tiempos en que desplazarse suponía cierto esfuerzo: caminar, trotar, montar, remar, timonear. En nuestros días la posición del viaje consiste en sentarse en algún modo de sillón banco banquito y esperar que lo lleven. Vuelo, por ahora.

[...]

Martín Caparrós, "Una luna", Anagrama, 2009

2 comentaris:

  1. M'encanta "ahora el viajero no viaja, lo viajan". És tota una sentència, i me l'apunto per fer-la servir.

    ResponElimina
  2. Aquesta Una luna me l'havia recomanada un amic, però no sé per què (tal vegada, els llibres que van eixint-te al davant i barrant-te el pas) es va quedar en la prestatgeria. Però ara, en tastar aquest trosset, se'n vé darrere meu. Gràcies.

    ResponElimina